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GUIÓN
Primer acto: Preludio:
Comienza con una narrativa estándar con un orden cronológico de forma lineal en el que se da inicio a la historia y es coherente con lo que progresivamente muestran las imágenes, sin necesidad de tener que recurrir a otros elementos narrativos audiovisuales como el flashback, entre otros.
Segundo acto: Nudo de la historia:
Emergen los principales conflictos que acompañaran a la protagonista, en donde Nina comienza una degradación psicológica y se atenúa por enfrentarse a lo que genera su crisis o detonación. “las obsesiones perfeccionistas de Nina Sayers, el miedo por su sustitución y la extraña relación con su madre”
Tercer acto: Crisis y detonación:
La protagonista se visualiza teniendo relaciones sexuales con la que ella denomina su antítesis, demostrando su nivel de desconexión con la realidad aunque realmente el espectador no sabe que hace parte simplemente de su preocupante estado mental.
Cuarto acto: Clímax:
En este punto se presenta el clímax y la resolución de los conflictos o problemas inicialmente expuestos. Nina enfrenta a su rival (Lily) enterrándole un fragmento del espejo producto de la confrontación con ella misma, cuando se percata de la situación ya la herida está consumiendo su estado físico, convirtiéndose en un suicidio, en donde se desprende de la realidad enunciando algunas palabras que dan cuenta de su satisfacción interna por lograr consumar el acto con “perfección”.
De este modo, Aronofsky expresa la visión de la propia destrucción, ya apuntada en sus largometrajes anteriores, como vehículo por el que los personajes principales, atados a sus obsesiones, acceden al autoconocimiento. El sujeto protagonista está sujeto, nuevamente, a una imposible redención. En Cisne negro, al enfrentarse a las consecuencias de su obsesión, Nina, consigue a su vez, consumarla: “Estuve perfecta”